Un breve recorrido histórico del concepto "psicopatía"

Breve recorrido histórico del concepto "psicopatía" (by Hugo Martínez)
Entendida por lo general en el siglo XIX como la locura razonante, es el psiquiatra Philippe Pinel quien publica en 1801 un tratado médico, cuyas repercusiones en el área de los trastornos mentales se extienden hasta nuestros días. Pinel acuña el término de manía sin delirio para referirse a aquellos individuos que, sin tener alucinaciones ni delirios, muestran evidencia de un comportamiento con signos fuera de lo habitual.

Resultado de imagen de philippe pinel  Philippe Pinel

La tesis de Pinel dio lugar a una enorme controversia, motivada fundamentalmente las tendencias filosóficas imperantes en aquella época, según las cuales la mente era sinónimo de la razón, y los trastornos mentales, por tanto, sólo podían ser aquellos en los que estuvieran alteradas las facultades del razonamiento, del pensamiento, de lo intelectual. No obstante, Pinel concebía que se podía estar “loco” sin que tuviera lugar alteración alguna de la mente, del juicio (ausencia de moral sin deterioro intelectual). Es por este motivo que la manía sin delirio se consolidó como una innegable revolución conceptual anticipada a su época, que hizo que se considere a Pinel como el autor que, sin llegar a utilizar el término, ha dado origen al concepto de psicopatía.

Otro autor, Benjamin Rush, psiquiatra alemán que ya en 1786 había publicado un ensayo describiendo un cuadro clínico caracterizado por la ausencia de moral, propone en 1812 el término de inferioridad psicopática (Córdoba & Castellanos, 2007).

Y más tarde en 1822, James Prichard introduce el término locura moral para referirse a estos individuos (psicópatas), según él caracterizados por una perversión patológica, que, aunque capaces de comprender las diferencias entre lo “bueno” y lo “malo”, dejaban llevarse por sus impulsos, manifestando comportamientos socialmente inadecuados. Y es que, aunque Prichard acepta el concepto acuñado por Pinel de manía sin delirio se aleja de la posición neutra de éste último hacia el trastorno, concibiéndolo como un defecto del carácter cuyas repercusiones no deben ser si no, la reprobación social.

Resultado de imagen de cowles prichard James Cowles Prichard

Está claro que tanto Pinel, como Rush o Prichard, no se referían exactamente a lo que en la actualidad concebimos como un psicópata, pero es innegable que sus visiones y conceptos marcaron el ámbito de los trastornos mentales, que aunque en ciertos aspectos con repercusiones positivas, en otros no lo fueron tanto, con términos imprecisos y en muchas ocasiones hasta erróneos, que fueron provocando que en los registros de internamiento, a los psicópatas se les designara con calificativos tales como idiotas morales, gentes de “espíritu alienado”, imbéciles sin ninguna esperanza de recuperación, degenerados constitucionales…  que dieron lugar a que la psicopatía ganara muy mala fama, tanto por la dificultad de delimitarla científicamente, como por la incapacidad de los clínicos por llegar a un consenso respecto a su significado (Pozueco, Romero, & Casas, 2011).

En 1904, Kraepelin emplea el término “personalidad psicopática” para referirse a un tipo de individuos que ni son neuróticos ni son psicóticos (Schneider, 1980).

Pero el término psicopatía se hace de uso común y mejor definida sólo en 1941, gracias a Hervey Cleckley, con su obra The mask of sanity (1988), en el que el autor describe el cuadro clínico de un psicópata mediante la identificación de 16 características observadas en individuos que sufren de este trastorno de personalidad; características que servirían más tarde para que el doctor en psicología Robert Hare fuera confeccionando una escala para la evaluación de la psicopatía: el PCL, la primera escala en medir el constructo psicopatía, que más tarde sería presentada oficialmente bajo el nombre de PCL-R (Psychopathy Checklist-Revised).

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es la socialización y resocialización en las organizaciones? Parte I

¿Qué es la socialización y resocialización en las organizaciones? Parte II

Hábitos